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Estudiantes al poder

Guanajuato vive un momento histórico, más allá del manoseo de los políticos al calificativo

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Tigres de papel

Por Francisco Javier Mares

Ahora todos dicen: “Sí, pues”. La oficina del gobernador Diego Sinhue Rodríguez; la oficialía de partes del alcalde de Guanajuato, Alejandro Navarro; la inexpugnable Fiscalía General del Estado a cargo vitalicio, casi, de Carlos Zamarripa y, hombre, la mismísima rectoría de la Universidad de Guanajuato que detenta aún Luis Felipe Guerrero Agripino, todos y con todo y la insufrible retórica político/burócrata que tanto les gusta, acatan los términos de las demandas del estudiantado de la UG en huelga. Suponemos que suponen, es algo así como un regalo de fin de cursos. “Ámonos ya de vacaciones…”, dirán.

‘A matacaballo’, el sábado luego de la reunión de reparación de estudiantes y autoridades, se conoció de la renuncia de la señora Lourdes Gazol Patiño, a su cargo como jefa del membrete ‘UGénero’ de la Universidad de Guanajuato.

Los estudiantes pidieron su cabeza y ya está en la cesta. La señora Lourdes había sido la directora de Atención a la Mujer en la ciudad capital de este nuestro estado en la pasada administración municipal. Ese fue el argumento para el hueso siguiente como coordinadora del Programa Institucional de Igualdad de Género de la Universidad de Guanajuato, ‘Ugénero’, que ahora deja. No funcionó. Que renuncia “con la finalidad de que el diálogo entre alumnos y autoridades pueda avanzar”, firmó y se fue.

En el pasillo a la salida se encontró, quién lo iba a creer, con Julio César Kala, profesor de tiempo completo en la Facultad de Derecho de la Universidad de Guanajuato. También renunció. A  Kala, lo traían entre las cejas estudiantes, algunas de las que se hacen llamar Organizaciones de la Sociedad Civil y hasta sedicentes periodistas. El ‘Expediente Kala’, pasó por la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado; por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la CNDH, y hasta por la Fiscalía General del Estado de Aguascalientes. En todos lados fue exonerado. El pero es que nadie les cree.

Tan apurado está el rector Agripino que compromete la ‘Disculpa Pública’ exigida en el manifiesto de rigor en toda huelga que se precie, este lunes a las 11 de la mañana en el Teatro Principal. Foto imperdible.

Guanajuato vive un momento histórico, más allá del manoseo de los políticos al calificativo.

Todos por separado y en ‘comunicado’, subgénero harto bonito de la comunicación, aceptan de manera incondicional las exigencias de los estudiantes. Ya por ahí de mañana, dice, por ejemplo, el rector, comenzarán con las acciones necesarias para garantizar su salvaguarda.

“Los alumnos son prioridad”, pretende seducir la respuesta del gobernador Diego Sinhue Rodríguez, así que va a involucrar a las autoridades de los 13 municipios en los que se asienta la UG para asegurar su bienestar. “Condiciones de seguridad, acceso a una vida libre de violencia y respeto a la comunidad universitaria que ustedes solicitan”. Eso y más.

ROLLO, ROLLO Y MÁS ROLLO

Y ya en plan de cosa de no creerse, el fiscal Carlos Zamarripa Aguirre -algo así como un Javier Coello Trejo, región 4-, ‘señaló’, dicen las notas periodísticas, su disposición para el cumplimiento de las exigencias hechas por la ‘Comunidad UG’.

“Al respecto, asumimos por convicción el compromiso de trabajar coordinadamente con la Universidad de Guanajuato para implementar en lo conducente conforme a derecho, el ‘Protocolo de Atención a Casos de Violencia por Razones de Género’ que se refiere fuera entregado en la Rectoría General de esta ‘Alma Mater’; lo anterior en la esfera de atribuciones de esta Institución investigadora de delitos y con apego al principio de legalidad, priorizando en todo momento el respeto y protección de los derechos de los involucrados”. Caray, tampoco hay que pedir peras al olmo.

En el colofón, el munícipe de la capital, Alejandro Navarro Saldaña se pronuncia, o finge, respuesta a las demandas. Bueno, es un decir. “El Municipio se compromete a seguir trabajando día a día, con su entorno social, generando más convenios y compromisos de colaboración con las diversas instancias y ámbitos de competencia, así como con las instituciones educativas y asociaciones civiles para seguir salvaguardando, concientizando y sensibilizando”. En serio, un peso a quien le entienda.

Como quiera que sea, en un intento de poner el balón en la cancha de los estudiantes, hay una respuesta de aceptación a sus demandas por parte de las autoridades. Eso está bien.

Lo que no son las viejas y muy ajadas mañas de los políticos, sin discriminar color alguno, por desacreditar cualquier asomo de insurgencia. Para eso están los manuales:

A) Intimidación con presencia de fuerzas uniformadas B) toma de fotografías y video, que sugieran archivos y listas negras C) ‘Uso’ -verbo utilizado aquí con toda la ‘mala leche’ del mundo, de ‘periodistas’ a sueldo, para difamar a los inconformes, y D) implementación de ‘mesas’ de diálogo’ tan eternas como inútiles. Es un clásico del PRI: “Si quieres que algo no se resuelva, instala una mesa de negociaciones”.

Los estudiantes de la UG llevan a cuestas el fin de cursos, eso pesa, pero le han enseñado a la autoridad que su hartazgo es más consistente y soportó demasiado; que de formas indistintas los ignoraron, todos, su rectoría, los municipios, el estado, los policías malditos que sirven para arrestarlos, no más. Se acabó.

En Guanajuato, paraíso de las empresas de la educación privada, nada será igual. Mire usted qué paradoja, fue el gobernador Juan Manuel Oliva -tan vilipendiado, qué cosas-, quien impulsó la expansión de la Universidad de Guanajuato -Oliva ‘estudió’ en la Carlos Septién García, cualquier cosa que sea eso-, y habría que reconocerlo. Debido a esa diversificación es que el movimento de los estudiantes alcanza dimensiones que unos pocos años atrás no se concebírían, concentrados como estaban en sus espacios de la capital del estado.

El gobernador Sinhue, dirían los inútiles de ‘Desarrollo Institucional’, tiene toda una ‘área de oportunidad’, para engordar las alforjas electorales -porque también se vale-, y formar al lado de los estudiantes, no de la burocracia podrida -incluida la de la ‘autónoma’ UG-, que le toca en turno cargar. Diría el clásico: ‘Esto no se acaba, hasta que se acaba’.

LA JAULA

Ora que si  les queda un tiempito, a ver si hacen algo con la matadera que hay ¿No?

Correspondencia: [email protected]

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