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En Guanajuato, los trabajadores en un empleo agónico, tijereteado su ingreso, en pausa u olímpicamente echados a la calle se encuentran a la buena de Dios…

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Tigres de papel

Por Francisco Javier Mares

De cuarentena en un estado devoto de la doctrina económica ‘del goteo’, los tribunales laborales en ‘modo pantalla’ y rumbo al pico de la crisis que trajo la pandemia del COVID-19, en Guanajuato los trabajadores en un empleo agónico, tijereteado su ingreso, en pausa u olímpicamente echados a la calle se encuentran a la buena de Dios.

En números de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, STPS, a marzo de 2020, el estado de Guanajuato, con un registro de 6 millones 8 mil 957 habitantes tiene una Población Económicamente Activa, PEA, de 2 millones 682 mil 748 personas, y una tasa de desocupación del 3.6% -por encima de la nacional que es del 2.8%-. De la población desocupada, el 34% son mujeres, y el  66% hombres.

La Población Económicamente Activa la integran mujeres en un 41%, y hombres en un 59%. Los asalariados son 1 millón 882 mil 353; los trabajadores por cuenta propia, 508 mil 554; en la categoría ‘sin pago y otros’ se inscriben 100 mil 584 personas. Se reportan 104 mil 019 empleadores. El salario asociado a trabajadores inscritos en el IMSS, es de 344.3 pesos diarios -inferior al promedio nacional que es de 399.3 pesos al día.

La tasa del informalidad laboral en Guanajuato al cierre de 2019 fue de 53.9% -inferior a la nacional que registró un 56.2% de la actividad económica. En estadística de Infogram, en Guanajuato 738 mil 665 personas obtienen sus ingresos de la economía informal.

La olla exprés reventó el 30 de marzo con la declaratoria de emergencia sanitaria ‘por causa de fuerza mayor’, vigente en primera instancia hasta el 30 de abril, y ampliada luego al 30 de mayo.

La Ley Federal del Trabajo, LFT, establece que en una suspensión ordenada por la autoridad sanitaria, los trabajadores percibirán el equivalente a un salario mínimo por cada día de paro… sin exceder de un mes. Sin embargo, si es ‘por causa de fuerza mayor’, como es el caso, esa variable obligaría a las empresas a pagar el 100% del salario durante la pausa.

Mientras los expertos discutían la legalidad de la aplicación de una u otra fórmula, los patrones decidieron de manera unilateral recortes a los salarios… o ceses fulminantes. A cada cual su creencia, los gobiernos echaron su cuarto a espadas. El gobierno federal, inmutable en su estrategia de apoyos directos bajo sospecha; el de Guanajuato, en la coincidencia proverbial de su partido con la línea patronal.

El 27 de abril, el gobernador Diego Rodríguez anunció 3 mil millones de pesos al ‘Plan Impulso Económico GTO’, en apoyo ‘a la micro, pequeña, mediana y grande empresa’ ante la pandemia del COVID-19. Los subprogramas emergentes “Mi Negocio Sigue” y “Mi Nómina Sigue”, buscarían el fortalecimiento de la industria, el comercio y los servicios.

Textual, en comunciado de prensa de la administración estatal: “Muchos negocios están en problemas, falta el dinero para surtir la mercancía o los materiales, para pagar a los proveedores y la nómina, y tantas cosas más; pero aquí en Guanajuato, estamos unidos y somos solidarios”.

Como sea, esta semana la secretaría de Desarrollo Económico del estado aceptó en rueda de prensa a la distancia que durante el primer mes de contingencia, se han perdido 2 mil 300 empleos en Guanajuato, cifra que «no es tan grave» -salvo la mejor opinión, claro, de 2 mil 300 familias.

El secretario Mauricio Usabiaga testimonió, por supuesto, que «ha habido mucha solidaridad por parte del empresariado guanajuatense”.

DE LA CIMA A LA SIMA

El diario Correo da cuenta del cierre de la fábrica de calzado leonesa Moderof -de la tradición más reconocible- en el municipio de San Felipe. Unas 80 personas se quedaron sin empleo.

A los trabajadores les dijeron que la crisis del COVID-19 había derrumbado las ventas. Las liquidaciones, por cuyo monto no faltaron las quejas, comenzaron desde el lunes. Moderof operó en San Felipe ‘torres mochas’ desde su apertura en 2010. Aguantó 10 años.

Esa empresa fue pionera de la tendencia, interesante en su momento, de llevar extensiones de las fabricas de calzado de León a otras regiones del estado, específicamente al norte y el noreste -con el discurso de la generación de empleo en zonas desprotegidas; el consabido apoyo del gobierno del estado y, por supuesto, en busca de mano de obra barata-, que tuvo como actor destacado al Grupo Flexi.

Al cierre de 2012 Flexi inauguró en Dolores Hidalgo, Calzado Yethi. En enero de 2013, la ampliación de una maquiladora en Santa Catarina. En julio del mismo año se colocó la primera piedra de una fabrica suya más en San Diego de la Unión. Miguel Márquez, entonces en turno al bat de Guanajuato, aseguraba que generarían más de 4 mil empleos.

… La aventura en Santa Catarina no duró mucho. En septiembre del mismo 2013 cerró su producción -debido al desplome de las ventas de la empresa-, y despidió a 131 trabajadores de los municipios de Santa Catarina, Victoria y Atarjea.

Al otro extremo, los trabajadores también pierden -o, todavía peor, a mitad de la pandemia-, se pone su vida en riesgo.

En Uriangato los comerciantes de productos textiles, su actividad económica más importante -que comparten con Moroleón-, se resisten a cerrar las tiendas. Como ocurre en el resto del estado en el micro y pequeño comercio, antes dijeron adiós a sus empleados y son las familias propietarias las que ahora atienden los negocios.

No es el caso de la cadena de fabricación y venta de calzado por catálogo Andrea, empresa que desde León y Silao se mofa incluso de los llamados directos de la secretaria federal del Trabajo, Luisa María Alcalde, y se niega sistemáticamente a parar sus labores, que es de suponer asumen esenciales -en una de sus muchas linduras, las ‘horas extra’ a las que obligan a sus trabajadores las pagan ‘con descansos’.

A Andrea la mencionamos en alguna crónica a propósito de la negativa a dar libertad a sus trabajadoras para sumarse en la jornada #UnDíaSinNosotras -‘luego luego se le ve la zanca al pollo…’, dirían en el barrio-. Retórica y discursos aparte cualesquiera que sea su color de origen, al caso lo mismo, para a los trabajadores, el eslabón más frágil de la cadena productiva, asoman días cada vez más negros.

LA JAULA

Ah, en León, en la colonia Los Olivos por ahÍ de las nueve de la noche de media semana, ejecutaron a tiros a una pareja… En León, hay cosas que ni cataratas de humo ocultan…

Correspondencia: [email protected]

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