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El despertar de los sinarquistas

A sabiendas o no, los LeBarón, Adrian, Julián y Bryan, estuvieron en León para rubricar el resurgimiento de la Unión Nacional Sinarquista, la UNS

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Tigres de papel

Por Francisco Javier Mares

A sabiendas o no, los LeBarón, Adrián, Julián y Bryan, estuvieron en León para rubricar el resurgimiento de la Unión Nacional Sinarquista, la UNS.

Si lo sabían, muy en su derecho, si no, los sinarcas los madrugaron y utilizaron en su reivindicación.

Instalados en el activismo -del que nunca han sido ajenos-, a raíz del asesinato de nueve miembros de su clan el 4 de noviembre del año pasado, tres mujeres y seis infantes, los LeBarón continúan una saga inacabable de víctimas del poder o el crimen en México convertidas al liderazgo social -que tiene como ícono a Rosario Ibarra de Piedra y que continúan en los días que corren, lo mismo Alejandro Martí, Isabel Miranda o el poeta Javier Sicilia y ahora ellos, cada cual a su modo y alcance.

A las 10:30 de la mañana, la Calzada de los Héroes, al pie de arco, está sola y fría. En la destilería del ‘Coma y beba por 18’, ni basura quedó de la farra sabatina; al lado, la birria reconforta a un par de rezagados; en el Oxxo, el café es cada día peor.

Una pareja se apersona puntual, disciplinada, con las pancartas que fueron su tarea en brazos, pequeñas, modositas, escritas por el mismo pulso todas. No necesitan mayor presentación: “Mamita, aquí estoy, cuídame, quiero vivir”, “Quiero vivir en paz”. Prestos, voluntarios apuran el reparto.

Una dama, vestida para ir al menudo dominical -el pelo cepillado, sin maquillaje, mezclilla y botines, blusa de cuello alto y chamarra-, tiene las ideas claras: ‘Quiero un letrero, pero así como a favor de la paz, este…’

Como para disipar cualquier duda, ahí está Juan González Ávila, en los 80′, compañero de mil batallas de aquella Rosa María Hernández, candidata -es un decir- a gobernadora de Guanajuato en 1991, y que en junio de ese año se declaró en huelga de hambre porque el Tribunal Estatal Electoral concedió el registro a Porfirio Muñoz Ledo. Juan Gozález Ávila -Ah, aquellos desayunos de prensa de los lunes en el ‘Café Libanés’ con el Partido Demócrata Mexicano, ‘el partido del gallito’, al lado de Rosa María y de Juan Carlos López Espinosa-, está de regreso, ahora cobijado por lo que se hace llamar ‘Unión Cívica Mexicana’.

“Comienza el cambio en casa”, “¡Viva la familia!”, Juan instruye a los convocados, nunca más de unos 250, a formar de tres en fondo, y estos se alinean al lado del carrusel recién sembrado -no cualquier carrusel, este está hecho en Aguascalientes y fue pintado a mano en óleo y laca. Cuesta 40 pesitos el turno.

Hay una pancarta, extraviada en el túnel del tiempo, que alza una señora de la tercera edad: “Paro Nacional. 24 de febrero. Únete a la lucha. No al Comunismo”.

A las 11:13, llegan los LeBarón. Julián enarbola una de las cuatro banderas de México disponibles, y una vez al centro de la descubierta, emprenden la marcha. Hay redoble de tambores. La Madero está desolada. Dos mantas se distinguen, una restriega a quien se asome fotos de desaparecidos enmarcados en la leyenda: “Siempre vivos-Chilapa. Te buscaré hasta encontrarte. Me canso ganso”, y la otra: “Despierta México. Nos están matando. Su familia y amigos pedimos Justicia para la Familia García. Para Carlos, Carlitos y Zenorina. Víctimas inocentes asesinadas el 15 de febrero en Acolman, Edo. de México”.

CON EL FAVOR DE DIOS

La marcha hace dos paradas estratégicas, la primera, a las puertas del Templo Expiatorio. En la acera, una mujer empobrecida, su pequeña en brazos, vende semillas. También hay papas doradas y gelatinas.

La plancha está amanecida. Ni un alma. Ahí obsequian volantes, impresos a frente y vuelta, que son confesión de parte: “Paro Nacional económico, a partir del 24 de febrero. Evitar un Venezuela en México, depende de ti. Evita generar IVA, compra solo lo necesario para subsistir; deja de usar tu vehículo para no consumir gasolina, recuerda que estos combustibles generan una gran cantidad de impuesto que se roba el gobierno; usa solo efectivo, evita tarjetas bancarias; parar el pago de impuestos. Solo con estas medidas derrocaron a Evo en Bolivia”.

El esfuerzo en favor de la histeria colectiva va más allá. “Agenda comunista en México. 10 hechos incuestionables del avance comunista en México: 1) Los diputados de Morena, sinvergüenzas, legislan para la dictadura 2) La SCJN obedece al dictador 3) Ataque a medios 4) Complicidad con cárteles 5) Guardia Nacional para reprimir 6) Control de órganos electorales 7) Polarización de ciudadanos 8) Manipulación de encuestas 9) Dinero para compra de lealtades 10) Caos en la economía”. El membrete abajofirmante dice: “Congreso Nacional Ciudadano”.

A las 11:50, están en la ‘Plaza de los Mártires del 2 de Enero’ -como gustan en llamarla-. La seguna parada estratégica de la columna es, sí, frente a la Parroquia del Sagrario, al lado de la casa municipal. Desde el templete, el jilguero atropella las palabras, pero hace entender que se guardará un minuto de silencio que nadie sabe bien a bien por qué. Un profe entona el himno nacional. Al micrófono, se agradece la participación de la escolta de la UNS, la Unión Nacional Sinarquista. 

La arenga es más bien rala. Adrián LeBarón apenas alcanza a citar al Apóstol Pablo ‘El Gran león de Dios’, para intentar una asociación de ideas con la ciudad, y advertir que “está naciendo un movimiento de fuerza ciudadana, y quiero que ustedes sean uno de los tres millones que ando buscando”. Más clarito, difícilmente.

Julián Le Barón, centro de atención de los periodistas, precisa que llegan a mover conciencias, a mover corazones, a hacer lo opuesto que hace la política, a llamar a estar “unidos para defender la vida”. Según parece, les dijeron que hablarían solo un minuto. Así que Julián concluye.

El programa cierra con el canto de los niños del coro de la Parroquia del Señor de los Milagros…

…En el 536 de la Madero, una finca con arcos y dinteles de cantera en el frontispicio hay un letrero que invita: “Se renta para bar o restaurant”.

LA JAULA

Ya estamos en la antesala del cierre de la Feria de León que se reportará como todo un éxito social, económico… y político. Y háganle como quieran.

Correspondencia: [email protected]

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