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¡Bárbara!

María Bárbara Botello Santibáñez, priista, encara, otra vez, al aparato del gobierno de Acción Nacional y a su estructura partidaria en Guanajuato

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Tigres de papel

Por Francisco Javier Mares

María Bárbara Botello Santibáñez, priista, encara, otra vez, al aparato del gobierno de Acción Nacional y a su estructura partidaria en Guanajuato.

La historia de desencuentros y correteos políticos que tienen a la Procuración y a la Administración de justicia como rehén y pretexto abre un nuevo capítulo.

Es, a primera vista, una batalla harto desigual:

El Partido Acción Nacional domina el gobierno municipal de León desde 1989, y el gobierno del estado de Guanajuato, desde 1991.

María Bárbara pareciera olvidada por su partido, el Revolucionario Institucional -de suyo, de capa caída-, se rehace de una inhabilitación administrativa, acusaciones penales y de una aprehensión judicial.

¿Entonces?

María Bárbara es abogada. Ha sido regidora, diputada local, diputada federal y la única alcaldesa en la historia de León -a propósito del cumple 444 de la ciudad-; presidenta de la Federación Nacional de Municipios de México, Fenamm; litigante, agente del Ministerio Público y primera mujer en presidir el Colegio de Abogados de León; lideresa del PRI en León y en el estado; consejera municipal, estatal y nacional de su partido… Una carrera profesional, política y de gobierno que ya quisieran presumir muchos de los azules que la enfrentan.

Bárbara Botello fue presidenta municipal de León de 2012 a 2015. El 2012 en el que Enrique Peña Nieto hizo tal compra de votos y voluntades -de costa a costa y de frontera a frontera, diría el clásico-, que ahogó al mismísimo Andrés Manuel López Obrador bajo un tsunami de boletas electorales cruzadas en favor del tricolor.

En León ocasionó una elección singular. María Bárbara Botello Santibáñez venció con relativa facilidad a Miguel Ángel Salim Alle, el abanderado blanquiazul. Miguel Salim nadó a contracorriente incluso del alcalde Francisco Ricardo Sheffield Padilla -hoy echado a los brazos de Morena, toda proporción guardada, como Bartlett, como Napo, como Germán Martínez- su ‘compañero’ de partido, quien operó en su contra. La noche de la elección, temprano Salim reconoció su derrota; y María Bárbara, abundan las anécdotas de ello, no cabía de susto en la sorpresa de su triunfo, en el cuartel priista.

En su trienio, Bárbara atrajo recursos federales y ejecutó obras. Moría de risa al restregarlo a sus adversarios políticos, estos, hasta ahora, no se lo perdonaron. Al recuperar el gobierno de León, la acusaron de ‘peculado’. Hasta aquí, nada extraordinario en la politica sin importar las coordenadas.

POR LA BUENAS O POR LAS MALAS

El 30 de mayo del año pasado, la narrativa endureció. Agentes ministeriales del estado emboscaron a la mujer que llegaba a su domicilio, la sometieron y la arrojaron a un vehículo ‘vente Barbarita’ -le dijeron-… De no tratarse de asuntos tan serios, sería un ‘sketch’ de Carlos Zamarripa en el papel de Miguel Galván en el papel de policía judicial en ‘La Hora Pico’.

María Bárbara Botello Santibáñez, expresidenta municipal de León, fue a dar al reclusorio una noche. Salió y calló. Algo que todavía no nos dice ha ocurrido. A media mañana del miércoles fue a la ventanilla de la Fiscalía General de la República. Presentó dos denuncias penales ‘Contra quien resulte responsable’: una por violación a un suspensión judicial a toda orden de captura, vigente al momento de su detención, y otra por tortura. Acto seguido, convocó a rueda de prensa.

Básicamente, dijo cuatro cosas. Las motivaciones:

“He decidido levantar la voz porque considero injusto que un grupo político que detenta el poder sea capaz de afectar los derechos y la integridad de quienes tienen otra postura política.

“La evidente misoginia que no pueden ocultar. Les dolió en el alma que una mujer les haya ganado. Hicieron todo para boicotear nuestro gobierno y luego se dedicaron a perseguirme”.

Y las acusaciones:

“Yo gozaba de la protección de la justicia federal. La Fiscalía de Guanajuato lo sabía y a pesar de eso procedieron a mi detención. Eso es un delito federal.

“Desde que fui detenida he vivido con miedo. Temo por mi seguridad y por la integridad mía y de mi familia”. De la tortura, refirió únicamente un golpe con la puerta de la camioneta a la hora de la aprehensión, versiones no autorizadas revelan otro tipo de agresiones al interior del penal.

Los enunciados, sin embargo, no explican qué acción o circunstancia rompió el pacto de silencio que la propia Bárbara reconoció en su encuentro con la prensa… “Por supuesto…, hubo para no estar cuestionando y bajar mis redes sociales”. Hasta ahí. Ningún nombre y apenas una vaga alusión a “las situaciones vergonzosas que no se pueden comentar…”, pero que seguro constan en la acusación ministerial, para acreditar el delito de tortura.

En su regreso, María Bárbara nada se guardó. Denosta “una justicia selectiva que persigue a sus enemigos políticos y que deja impunes a los delincuentes”; y acusa: “han hecho uso de todo el aparato del Estado para lastimarme (…) me han seguido, me han espiado, me han calumniado…”

Por eso, a Bárbara, el panismo empoderado en Guanajuato no le perdona lo claridosa. “No aguantaron que una mujer haya venido a ponerles la muestra (…) Exhibimos la mediocridad de sus gobiernos”.

Les recordó la inversión ilegal en Metrofinanciera, en el gobierno del municipio; el invento de ‘Cereal y Pastas Finas’ en el gobierno estatal. Los reta, claramente, de nuevo. Para el panismo, Bárbara les ‘robó’ tres años en León, es una mácula inaceptable en sus sábanas de piel de leopardo…

LA JAULA

Hoy abre un nuevo espacio informativo digital: ‘Maraña’ www.maragna.mx Comprometen un periodismo desde la óptica de las expresiones sociales. Y hospedan ‘Tigres de papel’. Habrá que ver.

Correspondencia: [email protected]

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