Connect with us

Blogs

‘Nota roja’

La ‘nota roja’ es mucho más que citar las placas del vehículo y el crucero del choque o recuperar nombres, apelativos y alias sentenciados al olvido…

Publicado

el

Tigres de papel

Por Francisco Javier Mares

Para Israel Vázquez Rangel, reportero.

La ‘nota roja’ es mucho más que citar las placas del vehículo y el crucero del choque o recuperar nombres, apelativos y alias sentenciados al olvido -habría que releer ‘A sangre fría’, de Capote o ‘Asesinato’, de Leñero para asomar a los alcances de la narrativa obligada del género.

Lo suyo son episodios cincelados en biografías mayormente desdeñadas. La ‘nota roja’, cada una de ellas es una alerta, una advertencia -a la luz de nuestra realidad bañada en sangre, desoídas todas.

El cronista de ‘nota roja’ tiene una ventaja enorme sobre el reportero de ‘las fuentes políticas’ -u otra bobería cualquiera: reseña hechos concretos, no discursos, proyectos y promesas -los muertos estarán ahí, así los sepulten en fosas clandestinas. 

A un periodista curtido en la ‘nota roja’, los berrinches de los funcionarios y los políticos lo mueven a risa -en el muy improbable caso que se ocupe de ellos-.

Si ya de por sí es difícil hacer entender al poder público la necesidad y conveniencia de un periodismo libre, documentado y oportuno, pretender que los burócratas -que es una actitud, no un empleo-, los políticos, los ‘grillos’ de las cámaras empresariales y un largo etcétera comprendan la naturaleza y el propósito de la ‘nota roja’ tradicional, es una fortaleza poco menos que imposible de conquistar.

Porque además, todo cambió -“…es casi una mirada nostálgica a la nota roja con actores particulares, previa a la masificación de las víctimas y al anonimato de los reporteros -víctimas también- a que nos acostumbró luego la actuación impune del narco, que campea en el país”, escribió el editor en la contraportada del libro ‘Letras al Fuego/ 17 crónicas rojas’, de este columnista.

Decía don Miguel Barragán (+) -a la vez mi profesor de ‘géneros de opinión’ en la universidad y mi director editorial en el diario ‘a.m.’-, que la lectura de la ‘nota roja’ es un placer culposo a la hora del desayuno de los pudientes.

Para esos pudientes y para los barones de la gobernanza, no pocas veces los mismos, la ‘nota roja’ fue de placer culposo a materia obligada. En esas andan en Guanajuato -es solo que no entienden maldita la cosa-.

El lunes de la semana que acaba mataron en Salamanca al reportero Israel Vázquez Rangel. Es el primer periodista guanajuatense asesinado en el momento de hacer su trabajo. Informaría de una cabeza y un corazón humanos tirados a mitad de la calle…

De envidia su ingenuidad, a algunos sorprendieron las reacciones oficiales.

La alcaldesa Beatriz Hernández -tránsfuga del PAN a Morena como tantos más-, dijo al gremio: “es que miren -Israel-, iba a las seis, cinco y media de la mañana a cubrir una nota, a ese lugar que sabemos todos que es tan peligroso…”

El gobernador Diego Rodríguez aceptó una entrevista cómoda en la sala de juntas de clima inventado del periódico ‘a.m.’, para advertir apenas unas cuantas horas después del homicidio que ‘el fiscal’ y ‘Alvar’ mantendrán sus cargos hasta el final del sexenio…

Y un día después, el fiscal Carlos Zamarripa, convenientemente ausente de su oficina a la hora de la manifestación anunciada, mandó decir a los periodistas que ya les daría luego una cita -para que tengan la oportunidad de protestar-.

En el béisbol dirían que ‘contra la base por bolas no hay defensa…’

¿ME REPITE LA PREGUNTA?

A ver.

A la alcaldesa de Salamanca Beatriz Hernández, poco habría que reclamar. Nadie da lo que no tiene.

El gobernador Diego Rodríguez cursaba el tercer grado de primaria cuando el alcalde de León, Carlos Medina Plascencia -su compañero de sector y de partido-, hizo lo que él hace ahora. Medina, todo un ‘junior’ entonces, se atrincheró en una defensa corajuda a su subjefe de policía, Gerardo Hernández Aranda (a) ‘Robocop’. Al alcalde lo echaron con cajas destempladas del Congreso del Estado al apersonarse a ‘comparecer’ sin ser convocado. Él hizo lo propio con una comisión de diputados en la presidencia municipal.’Robocop’ -quien alguna vez dijo a una reportera que él podía ‘entrar hasta tu recámara y doblar los clavos del Cristo sobre tu cama…’, finalmente dejó el cargo -con los años, fue prófugo por el homicidio a golpes a un viejo-. Ni Zamarripa ni Alvar se reflejan en ese espejo del que dispone Diego -han de ser vampiros.

El fiscal Zamarripa, bueno, él no rendirá cuentas a unos cuantos… reporteros

El crimen organizado, multiplicados los cárteles en sus células y actividades y violencia -consecuencia inmediata de ‘la guerra’ estúpida del presidente panista Felipe Calderón Hinojosa-, avasalló la vida de los mexicanos en su sexenio, en el del priista Enrique Peña Nieto y en el que corre del morenista Andrés Manuel López Obrador. Cada vez son más los muertos en lapsos más cortos. El resto son mentiras y manoseo de las estadísticas federales y de los estados, sin excepción.

La autoridades se descubrieron rebasadas por un catálogo de delitos que no sacudían los gráficos en el pasado inmediato: el narcomenudeo; las ejecuciones a la luz del sol; la trata y desaparición de personas; los feminicidios; las extorsiones; el robo de hidrocarburos; los secuestros exprés; los asaltos en el transporte público…

La sociedad civil organizada y la ira espontánea de los ciudadanos inundan las redes sociales y llevan sus exigencias a las plazas de manera cotidiana. Han traído reformas legales y respuestas apresuradas; también disturbios y represión.

La agenda de los periodistas se robusteció. Han debido aprehender expresiones sociales diferentes; enfrentar riesgos inéditos. Si bien previo a la irrupción incontenible del narco, la ‘nota roja’ escalaba esporádicamente las portadas de los impresos y los tiempos estelares de los medios electrónicos -‘en México hasta el aviso clasificado es nota roja’, diría el detective Héctor Belascoarán Shayne -‘Días de Combate’ PIT II–, en la era digital la población consume remedos de su cobertura a mañana tarde y noche, traspuesta la barra del desayunador.

A despecho de muchos, ‘la nota roja’ reivindica los vericuetos de la vida de las mayorías dada su situación socioeconómica; los grupos vulnerables; las organizaciones marginales; la exigencia de igualdad de derechos y oportunidades. Reaccionar a este espectro con argumentos de ‘seguridad pública’ y vocerías improvisadas los ha llevado a donde se encuentran: extraviados, confundidos, asustados frente al reclamo social. Exhibidos por las fuerzas criminales que no se andan con análisis sociológicos.

Es toda una paradoja que el aumento exponencial de sucesos tenga a la ‘nota roja’ en uno de sus momentos peores, asfixiada por la inmediatez de las transmisiones; la improvisación de los informadores y sus contenidos; la opacidad y la desinformación perversas de las autoridades; y la desesperación de una sociedad harta de los hechos criminales y de la impunidad. Que los gobiernos todos, las arcas llenas y los contratos firmados, sean por acción u omisión incompetentes en su respuesta los desnuda a los ojos de la opinión pública.

No, no van a apresar a los asesinos de Israel. Van a acusar del crimen públicamente al primer par de ‘pelagatos’ que atrapen con dos pistolas y unos gramos de cocaína. Lo han hecho en infinidad de ocasiones.

El profe Arturo González (+) -de ‘géneros periodísticos’, que dio nombre a aquella generación- entregaba a cada cual fotografías de ‘nota roja’ y exigía descripciones sin calificativos. La gota gorda. Cultivó esta rara pasión por ‘la talacha’ en la barandilla y la caza de las historias detrás. De cosas como esas se ocupaba Israel cuando lo asesinaron. Descanse en paz.

(A) LA JAULA

El borlote del Virus 

El alcalde Germán y su director de Fiscalización ‘Pancho’ Arenas, lo lograron: hartos de su acoso, los propietarios de restaurantes, bares y peñas del Centro Histórico de León anuncian una nueva asociación. Solos han sido presa fácil. Ya no.

Correspondencia: [email protected]

Twitter: TigresDePapel

Continuar leyendo
Click para comentar

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *