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El estadio y la política

Con el proceso electoral 2020-21 en marcha, el panismo mandante en Guanajuato entrega a particulares el Estadio León…

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Tigres de papel

Por Francisco Javier Mares

Con el proceso electoral 2020-21 en marcha, el panismo mandante en Guanajuato entrega a particulares el Estadio León.

Que no sabe cómo fue que se perdió…

Hace un mes falleció el abogado Miguel Montes García. Fue, hasta ahora, la última voz lúcida, con autoridad jurídica e independencia de criterio que se expresó en relación a melodrama tan sentido. Entre puntos en materia de derecho propios de otros espacios, escribió en marzo de 2017 en el ‘Excelsior’:

“Hay algo aún más preocupante, la imprudencia y falta de cuidado de los gobiernos estatal y municipal. Han tomado partido en favor de una de las partes en juicio, han hecho llamados públicos para que los aficionados se manifiesten en favor del Club León, al que nadie ataca, piden que los dueños de plateas y palcos soliciten amparos cuando a ellos nadie les reclama nada. Sus actos constituyen un llamado a la anarquía, se corre el grave riesgo de impulsar las fibras más sensibles del aficionado futbolero, a desencadenar violencia contra Zermeño y González y contra los magistrados competentes que resolvieron la revisión (…) Sería una ridícula comedia si no fuese en realidad una tragedia demagógica y populista que puede causar graves daños sociales, porque no hay orientación responsable y en el anonimato masivo de una afición apasionada pueden romperse los límites de la tranquilidad y llegar a tomas del estadio y manifestaciones callejeras rompiendo el orden social y legal que todos tenemos derecho a disfrutar”.

Miguel Montes solía tener la razón.

Esto es, más allá del daño patrimonial, alrededor de 650 millones de pesos, la acción u omisión de sucesivos gobiernos municipales deja como herencia una irritación social lesiva de sus propios intereses.

Si no en el estado, el episodio sí sería una losa pesadísima a la espalda de los candidatos panistas a la Presidencia municipal de León y a las diputaciones al Congreso local. Más allá de las promesas de asistencialismo gastadísimas, no suelen ser brillantes en la generación de propuestas.

Le pegaron a la ciudad en uno de los callos que más le duelen: dejaron sin estadio a su equipo de futbol. Así de claro.

Quien decidan enviar los albiazules a intentar perpetuar su gestión en la Alcaldía, deberá remontar además la imagen de un Héctor Germán René López Santillana ausente e ineficiente seis años en el cargo, y el resentimiento de una población ignorada en la pandemia sanitaria y agobiada por los asesinatos cotidianos e impunes.

Y los aspirantes a diputados al Congreso local desde los distritos de León, agotada la pirotecnia legislativa por los que ahí están, se descubrirán con una chistera vacía en las manos: nada tienen que ofrecer por ejemplo a las mujeres que vomitan sus posiciones frente a las desapariciones y los feminicidios, y reclaman respeto a sus derechos, entre ellos, a decidir sobre su propio cuerpo. El ‘feminismo’ de las diputadas panistas locales pasó de moda en la temporada Pimavera-Verano, y para la de Otoño-Invierno que se luce, eligieron vestir de silencio. En el padrón electoral las mujeres son mayoría.

¿Y AHORA?

Los azules lanzan dos buscapiés en la discusión pública.

Uno es todo un monumento a la estulticia: culpar de la pérdida del estadio únicamente al ex alcalde Ricardo Sheffield Padilla -ido del PAN a ‘Morena’, casualmente-… Y al presidente Andrés Manuel López Obrador -triunfador desde ‘Morena’, obvio.

Mucho tendría que explicar Ricardo Sheffield -de viajes a Las Vegas, casinos, gasolinerías y tráfico de áreas de donación, por citar a la memoria-, pero hacerlo responsable único del daño patrimonial causado por la cesión del estadio a Roberto Zermeño es eso, una tontería; y bueno, culpar a Amlo…

El otro ‘argumento’ es esgrimir que todo este lío es ‘un asunto entre particulares’ ¿Perdón?

Si a lo que se refieren, convenientemente, es a la escaramuza que pospuso la audiencia legal de la entrega física del estadio León de los Martínez a los Zermeño, incluso esos hechos -que advirtió Montes-, son consecuencia de la actuación incompetente o corrupta o ambas, de las autoridades del Municipio: 31 años, 9 meses y 11 días -menos el trienio de la priista María Bárbara Botello Santibáñez-, en poder del Partido (de) Acción Nacional.

Pero, no. Hay un intento desesperado por centrar la discusión en el contrato de arrendamiento del estadio y la duda existencial: ¿Dónde jugará ‘la fiera’? Se llama: desviar la atención.

Dice el Municipio desde su escondite predilecto, los boletines de prensa: “Sostenemos que en el caso de que los particulares deseen generar modificaciones a dicho contrato de arrendamiento deberán realizar las negociaciones y acuerdos que consideren pertinentes para salvaguardar sus derechos”.

Incluso el gobernador Diego Rodríguez: “Yo espero que se lleguen a acuerdos entre las partes, y el estado tiene que ser un ente que facilite las cosas (…) repito este asunto jurídico que es entre dos particulares pero tiene un impacto social muy grande…”

No, no hablamos de ‘asuntos entre particulares.’ Otra vez: por acción, omisión o corrupción, funcionarios públicos a los que habría que procesar penalmente ocasionaron un daño al erario de la ciudad, por un monto superior a los 650 millones de pesos. Ese es el tema central.

¿El equipo de futbol León es importante para la ciudad? Por supuesto.

Primero, nadie, ni siquiera los Martínez, tan hábiles para los negocios como son -o por lo mismo-, han hablado de »llevarse al equipo” -el último que lo intentó fue Valente Aguirre y no salió bien librado.

Segundo, evidentemente el equipo de futbol es parte importantísima de la imagen de la ciudad. Su desempeño tiene que ver hasta con el ánimo de la población. Eso lo sabe cualquiera que haya nacido aquí.

Repercute en el consumo de los bares y los restaurantes, como en el micro comercio de quienes venden tortas, camisetas y banderas en las inmediaciones del estadio. Las transmisiones de televisión importan en la proyección de la ciudad. Los patrocinadores invierten en relación al devenir de la escuadra. El Equipo León es parte de la identidad de la Ciudad de León. Punto, eso no está a discusión.

Lo otro es el estadio. Alguien lo escamoteó y alguien, algunos, lo permitieron. Salvo a los inmiscuidos en la tratada, a nadie debiera interesar cambiar de renglón.

Las consecuencias políticas, bueno, esas están pendientes y tendrían que ver con las triquiñuelas y el hartazgo o no de los colores y los escudos. En León, el PAN pinta de azul hasta las piedras en los jardines…

Mucho tendría qué decir la oposición político/partidista…, pero no existe. La que sigue es una elección intermedia. Peor. Los Comités Ejecutivos Nacionales de los partidos políticos no suelen invertir sus dineros en propósitos municipales. Y los inversionistas de campaña se orientan hacia el mandón.

En León, el PRI caricaturiza cada vez más sus candidaturas. Lo mismo hizo ‘Morena’ en la ocasión anterior. Los ‘Verdes’ siguen a la caza de socios que compartan los dividendos de las franquicias. El PAN campea. De no surgir una candidatura que aliente a los ciudadanos libres de esas telarañas, no habría cómo arrebatarles la silla principal del Ayuntamiento. No, jugar ajedrez con los cuates no es construir una opción política.

(A) LA JAULA

Los diputados.

En la entidad con el mejor sistema de salud pública del país, las y los diputados de Guanajuato pagaron con el dinero de todos, claro, un ‘Seguro de Vida y de Gastos Médicos Mayores’ de 2 millones 600 mil pesos al año Para Cada Uno de Ellos. Sinceramente eso es carecer de… Sensibilidad política.

Correspondencia: [email protected]

Twitter: TigresDePapel

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