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Tres décadas

Este miércoles 18 de agosto de 2021, se cumplen tres décadas de la elección que cambió el rumbo político del estado de Guanajuato

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Tigres de papel

Por Francisco Javier Mares

Este miércoles 18 de agosto de 2021, se cumplen tres décadas de la elección que cambió el rumbo político del estado de Guanajuato.

30 años del ‘Ramonazo’.

El domingo 18 de agosto de 1991, fue de elecciones locales en Guanajuato. Había que elegir al Gobernador que iniciaría su encargo el 26 de septiembre de ese año. Se disputarían los 46 Ayuntamientos y por primera ocasión 36 diputaciones al Congreso local -22 de Mayoría relativa  y 14 de Representación proporcional, los gustados pluris.

En el menú electoral, el PRI exponía a Ramón Aguirre Velázquez, exregente capitalino; un priista histórico, Porfirio Muñoz Ledo, emigrado a la izquierda aparecía con los retoños del PRD; y el PAN apostaba por el diputado federal saliente, Vicente Fox y Quesada -Como actores de reparto, Juan Gabriel Torres Landa, del PARM, y Rosa María Hernández, del PDM.

Para la jornada electoral, el padrón guanajuatense sumaba 1 millón 651 mil 405 ciudadanos. En realidad, una jornada sin mucho que reseñar. Solo reportes de incidentes menores.

Pasada la media noche, el consabido albazo priista. Los tricolores anunciaban una “abrumadora” ventaja de Ramón, quien según sus números, lucía “una tendencia favorable e irreversible del 58 por ciento de los votos en más del 80 por ciento de las casillas”.

La maquinaria oficial había sido aceitada. Columnistas y articulistas  hacían eco de las versiones oficiales. Las radiodifusoras cerraron sus puertas a la oposición. Los periódicos adelantaban vísperas que hacían ganador al candidato oficial.

El 29 de agosto de 1991, el Congreso del Estado se erigía en Colegio Electoral para aprobar en sesión extraordinaria el dictamen que decretó “la validez de la elección para la renovación del Poder Ejecutivo del Estado” y declaraba Gobernador Constitucional del estado de Guanajuato al priista José Ramón Aguirre Velázquez. El PRI había ganado con un total de 624 mil 855 votos.

Antes, la mañana de ese día, Ramón Aguirre invitó a sus muchachos a comer. Todos supusieron una celebración adelantada al fallo del Congreso. Pero, no. En esa comida, Ramón les anunció que no tomaría posesión del cargo de Gobernador. Les adelantó el escrito que haría público.

Hay una convocatoria a las siete de la noche en el CDE del PRI. Las ocho, las nueve, las diez. Así les dan las once de la noche. Para esa hora, el Colegio electoral ya había declarado al priista, Gobernador electo.

Ramón está frente a los micrófonos en el patio central del CDE tricolor, para enfrentar una rueda de prensa multitudinaria:

“…He tomado la decisión más difícil de mi vida, los he reunido para hacer de su conocimiento que he resuelto no presentarme a rendir protesta como Gobernador Constitucional del Estado de Guanajuato.

“Esta decisión la he tomado ante mi propia conciencia, plenamente convencido de que esa es la parte que me corresponde para preservar la concordia y la paz en Guanajuato (…) Antepongo al triunfo mi compromiso como mexicano con la armonía de Guanajuato. Refrendo mi lealtad inquebrantable al Presidente de la República…”

LA NOCHE DEL CONGRESO

Así que oootra vez, el Congreso del Estado habría de erigirse en Colegio Electoral, ahora para elegir gobernador interino.

Al Congreso de Guanajuato lo constituían 30 diputados. Uno de ellos, el leonés Roberto Garza López, priista, había ido como secretario de Gobierno, y nunca llamaron a su suplente.

El Congreso, entonces, sesionaba con 29 legisladores: 19, eran priistas; el PAN tenía 6, y se sumaban: un diputado por el Partido Popular Socialista, PPS; un diputado del Partido Demócrata Mexicano, PDM; un diputado por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, PARM; y un diputado del Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, PFCRN, que se declaró ‘independiente’.

A media mañana del 30 de agosto de 1991, una multitud se agolpó a las puertas del Congreso de Guanajuato -el de a deveras, no el de cristal de ahora-. La muchedumbre irrumpió en la sesión y esta fue interrumpida. A las 02:05 de la madrugada del 1o., de septiembre, la reanudaron. Pero la burbuja  priista, ya no estaba. Se habían concentrado en la Ciudad de México, a la grilla pura y dura.

Sí estaban 15 diputados de los 29 ¿O 30? del Pleno. Declararon  que había quórum. Es hora que nadie explica claramente si ese ‘Quorum’ efectivamente fue legal.

Pasaron lista de presente los 6 diputados del PAN: Salvador Echeveste Guerrero, José Guadalupe Vargas Barrera, Gabriel Hernández Jaime, Ricardo Suárez Inda, Napoleón Gallardo Ledesma y Antonio Obregón Padilla. Los cuatro diputados de los partidos pequeñuelos: Nicolás Acosta Granados, del PPS; José Xermán Vázquez Alba, ‘independiente’; Luis González Espinoza, por el PARM; y Ramón Torres Robles, del PDM. Y se apersonaron cinco de los diputados del PRI: Javier Gallardo Pérez, Sergio Hernández Ramírez, Nicolás Rangel Jiménez, Alberto Alvarado Guerrero y José María Sepúlveda.

El diputado panista Antonio Obregón Padilla había presentado ‘en comisiones’, la propuesta con el nombramiento de Carlos Medina Plascencia, como Gobernador Interino. Fue aprobada por mayoría.

Finalmente, a  las cuatro y media de la tarde del jueves 26 de septiembre de 1991, en el Auditorio del estado, Carlos Medina Plascencia, en calidad de Interino, rendía protesta como el primer gobernador panista de Guanajuato. La foto es imperdible. Al centro de las miradas, Carlos Medina Plascencia y el Presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, flanqueados por el Presidente del Congreso local entrante, Carlos Chaurand Arzate y el Gobernador saliente, Rafael Corrales Ayala, priistas ambos. Por la puerta trasera, pero el PAN alcanzaba la gubernatura de Guanajuato.

«Que la bandera del Bien Común, por encima de las banderas particulares, nos una en la misión de conducir a nuestra comunidad a una vida plena y buena…», leyó Carlos Medina en su discurso de ocho páginas al pleno de la nueva Legislatura: 20 diputados del PRI; 6, de Acción Nacional y uno por cada uno de los partidos PDM, PRD, PPS y PFCRN, quienes debieron convocar a elecciones extraordinarias. Pero ni eso. Los priistas vestían de luto riguroso.

De la elección del 18 de agosto, son ya 30 años. El PAN, como el dinosaurio de Tito Monterroso, sigue ahí…

(A) LA JAULA

Diputados al Pastor

El PAN Guanajuato oficializó la designación de Luis Ernesto Ayala, como el siguiente pastor de los azules en el Congreso local, en su edición 65. Se tomó la foto con 19 de los 21 que estarán ahí. Les pidió cercanía con sus electores, cosa que no harán. El gober Diego Rodríguez, llegó a felicitarlo. Horas después, Jesús Oviedo rendía el último ‘Informe de resultados’ de su gestión. Acaba una legislatura a la que nadie recordará, salvo por heredar al estado una década más de Zamarripa…

Correspondencia: [email protected]

Twitter: TigresDePapel

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