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El recibo del agua

Pues que no. Que a León no llegará agua de ‘El Zapotillo’, en Jalisco, vía el negocio del acueducto, a según dijo el sábado el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador…

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Tigres de papel

Por Francisco Javier Mares

Pues que no. Que a León no llegará agua de ‘El Zapotillo’, en Jalisco, vía el negocio del acueducto, a según dijo el sábado el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

El anuncio cancela la propaganda, baratísima, de administraciones municipales y estatales, una tras otra.

Otorga al presidente municipal de León en turno, el panista Héctor Germán René López Santillana, su discurso de despedida -que no ocultará sus torpezas y miedos de seis años-.

Brinda a su relevo, la también panista Alejandra Gutiérrez Campos, materia de oratoria inaugural en el octubre a la puerta.

Obliga a las autoridades estatales a pronunciarse por alguna de las alternativas de abasto de agua a León, que ya conocen.

Y ni modo, ofrece tribuna para que los aplaudidores habituales se pongan a los pies de Diego Rodríguez y despotriquen contra las autoridades federales. Rutina.

Vamos en orden.

El presidente Andrés Manuel López Obrador fue con los habitantes de las comunidades de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, en el vecino Jalisco, se comprometió a limitar la altura de la cortina de la presa de ‘El Zapotillo’ a 80 metros, evitar con ello que se inunden los tres poblados…, y cancelar el flujo de agua que se pretendía extraer para llevar a León, Guanajuato.

Lo acompañó el gobernador de Jalisco, el ‘Mcista’  Enrique Alfaro, ‘quien respaldó la propuesta, y se comprometió a firmar un decreto y un seguro en los que el gobierno federal garantiza hacerse cargo de posibles daños en un futuro’ -dato importante en su perfil institucional el acompañamiento de la autoridad estatal, y significativo políticamente dada la saga de tropiezos y la ‘cercanía’ de Alfaro con el gobernador de Guanajuato, Diego Rodríguez.

Entonces, la cortina de la presa de ‘El Zapotillo’ se quedaría en 80 metros, no en los deseados 105, se agregarán medidas de protección a los pobladores y se garantizaría el agua del Río Verde para dar suministro al área Metropolitana de Guadalajara. Hablaron de Jalisco, claro, no de Guanajuato.

«Si no se van a inundar las poblaciones pues ya no se debería de hablar de un problema político…», dijo Alfaro. Pues, sí. Allá -en Guanajuato, apenas reinicia el tema, gastadísimo, pero muy rentable en términos propagandísticos para muchos.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo ahí que esta semana el titular de Conagua presentará la solución a los pobladores de las tres comunidades. Atentos.

“La buena nueva es decirles: no se va a inundar y darles la garantía de que eso no va suceder; explicar técnicamente por qué y asumir nosotros la responsabilidad de cualquier siniestro, de cualquier situación extraordinaria, algo no previsto, de cualquier cosa que pudiese suceder” -palabras que fueron música para los oídos de Alfaro, en sus pretenciones electorales a 2024.

La ‘papa caliente’ se queda acá, en Guanajuato. La decisión presidencial desbarata un jueguito de años a la clase política azul dominante en el territorio.

Que no habría agua de ‘El Zapotillo’ para León, se los dijeron un gobernador jaliscience tras otro y hasta el mismísimo poder judicial federal, mientras los presidentes panistas Fox y Calderón y el priista Peña Nieto, miraban hacia otro lado.

EL MURO

Comenzamos pues, la semana de las lamentaciones.

El culebrón inció desde el sexenio de Ernesto Zedillo, vacilador que era en su posición, habló de Río Verde como la opción para dotar de agua a Jalisco y a Guanajuato, por medio de dos presas: ‘El Zapotillo’ para los Altos de Jalisco y León, y Arcediano para Guadalajara.

Lo del Arcediano murió pronto, y el ejecutivo de Jalisco autorizó adecuaciones a la altura de la cortina de ‘El Zapotillo’ a 105 metros para ampliar su capacidad de almacenamiento.

Todo muy bien, nada más que no tenían  la venia del Congreso local -los ‘representantes populares’, ya sabe-, y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, SCJN, ordenó frenar la obra -en alguna edición de ‘Tigres…’, hace años,  lo apuntamos.

Ah, pero no.

En Guanajuato, todos los compadres se dedicaron a medrar políticamente del asunto, sin ofrecer, cualquiera de ellos, alternativas serias -es el viejo cuento de los zapateros leoneses que llevan décadas de llorar por la presión china, en lugar de competir, desde la firma del GATT, muy antes del TLC, y mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores, aunque eso, pues ya sería demasiado.

A diferencia de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña, Andrés Manuel López Obrador ahora lo dijo muy claro -y al parecer, no bromea-: No Habrá Agua de ‘El Zapotillo’ para León. Punto.

Acá en Guanajuato echaron mano del cuadernillo de ideas y calificaron, en declaración atribuida al gobernador Diego Rodríguez, como una ‘decisión unilateral’,  la medida.

“Guanajuato lamenta la decisión unilateral del Gobierno Federal de no tomar en cuenta a los ciudadanos leoneses, ante el anuncio de dejar fuera del proyecto de ‘El Zapotillo’ a la ciudad de León. Por ello, la Administración Estatal solicitó una audiencia con el Presidente y funcionarios de la Comisión Nacional del Agua para exponer y analizar las implicaciones sociales y económicas que tendría esta decisión para las familias del municipio de León” -dice el boletín.

Si algún día se sientan a platicar Andrés Manuel López Obrador y Diego Rodríguez, como pide desde hace meses el gobernador de Guanajuato, van a necesitar más de un café. Los temas, de la violencia a Zamarripa y ahora ‘El Zapotillo’, se acumulan y se empolvan -Ya por favor, señores, tienen a la audiencia en ascuas…

Esta es toda una área de oportunidad.

Diego Rodríguez, ahora tiene materia nueva para su oferta discursiva de afanes presidenciales, que ya comienza –a todos los gobernadores de Guanajuato los engañan con eso, pero en fin, muy su gusto-. Lo venderían como ‘el nuevo Insurgente’. Ayno.

El Alcalde de León, Héctor Germán René López Santillana, tan opaco que es es, ya sabe qué decir en su despedida -que ya está cerca, bendito Dios, en octubre 10-, para que no se hable más -eso quisieran-, de sus contratos misteriosos y esas cosas.

Y es toda una ‘área de oportunidad’ -les encanta la fracesita-, para que la alcaldesa entrante, más PAN, Alejandra Gutiérrez Campos, pinte su raya y ponga orden -por favor-, en ese nido de corrupción en el que tienen convertido al Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León, el Sapal, otrora, prenda de orgullo de la ciudad -decían.

El Vocerío se desató. Desde el pódium empresarial, alguno de ellos, ahora metido al mercado de la información, dijo por ejemplo que “Es muy lamentable y más lamentable aún, que a Guanajuato nos está hundiendo por todos lados (…) No entendemos qué tiene contra los guanajuatenses (…) La realidad es que nuestro gobernador ha estado pidiendo una cita y no se la da…” No, pues Nada que Agregar.

(A) LA JAULA

Ay, Jesús.

Ah, del asunto también opinó el cortazarense Jesús Oviedo, a la sazón, jefe -es un decir-, de los diputados en el Congreso de Guanajuato. “Vemos también que el Gobierno Federal deja a un lado a Guanajuato en un tema prioritario para las familias, como el abasto de agua, que es un derecho humano y en el cual tanto el estado como los municipios han realizado grandes esfuerzos e inversiones”. Lo bueno es que también ya se va.

Correspondencia: [email protected]

Twitter: TigresDePapel

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