Compro, luego existo

Por Francisco Javier Mares

A despecho de lo que operen el coronavirus SARS-CoV-2 y su ariete covid-19, este lunes y hasta el día 20 México se encamina, gallardo, a su ‘Buen Fin’.

Peor, a los municipios de Guanajuato el asalto tumultuario a las tiendas, las tarjetas de crédito, la firma a meses y las ilusiones en mano, esta ‘colaboración público-privada’, los encuentra justo en la corrección de amarillo a naranja en las lucecitas del semáforo epidemiológico.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, atrapado en la realidad, hace malabares al justificar que el ‘Buen Fin’ -mala copia irremediable del ‘Black Friday’ gabacho- brilla luego de un octubre con el mayor crecimiento en el número de empleos inscritos en el IMSS, 200 mil, de que las benditas remesas crecen entusiastas un 10 por ciento respecto al año pasado y ‘que no se nos ha caído el consumo.’

En números de la Antad, la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, más Walmart -que no se enlista en ese catálogo-, de enero a octubre, las ventas crecieron 7.7 por ciento en términos reales, y en octubre específicamente en un 5.9 por ciento en relación a su par 2019. De ahí concluyen que la gente que tiene empleo gasta en su consumo básico.

‘El Buen Fin’ celebra en 2020 su primera década en una circunstancia inesperada, inédita: una pandemia mundial, para la que no hay vacuna todavía. Su propósito primero sería el cuidado de la salud y, en segundo, la reactivación económica. Como todo cabe en un discurso sabiéndolo acomodar: para cuidar la salud; para evitar aglomeraciones; para poder moderar los aforos en las tiendas… es que se extiende ahora del 9 al 20 de este noviembre.

Este episodio mercantil comenzó en 2011 con una derrama económica de 39 mil millones de pesos. En 2019 alcanzó la cifra de casi 118 mil millones de pesos. Como en el Teletón, la meta 2020 es al menos un peso más.

Más allá de las expectativas económicas -justo este lunes el Gobierno federal adelanta a todos sus empleados la mitad del aguinaldo, que para que tengan liquidez y se vayan ‘de shopping’-, hay otras de mayor trascendencia: que a un consumo responsable se sume el cuidado de la salud. Sin retórica, es asunto de vida o muerte.

En su versión 10, el ‘Buen Fin’ pretende incorporar a todos los municipios del país, desde los negocios más pequeños de las poblaciones hasta los centros comerciales más grandes de las ciudades. Comprar desde artesanías hasta una residencia de manera presencial o en línea. La Canaco-Servytur le llama ‘la fiesta comercial más grande de México’.

Las jornadas en los establecimientos comerciales y de servicios serían con apego a las medidas sanitarias y a los aforos ordenados por el semáforo epidemiológico vigente, de acuerdo a cada giro. La ampliación a 12 días y el empuje a las ventas por internet -que rebasarían el 30 por ciento de las esperadas-, apuestan a ello.

A VER, FORMADITOS…

En Guanajuato, el papel sobre las rodillas, el semáforo estatal ha sido puesto en naranja. Así estará de este lunes al domingo 15. Que para ‘revertir’ la tendencia al alza de la pandemia en los 46 municipios. Salud del estado parece descubrir al fin que tooodos sus ‘spots’ han sido vanos en el intento de regular la movilidad social y económica. Recomienda evitar las reuniones familiares y sociales sin importar el número de personas. Que se corre el riesgo de retroceder a la luz roja en el semáforo. Ah.

De manera por demás, digamos, ‘curiosa’, el comunicdo de la secretaría de Salud de Guanajuato subraya que ‘no se contemplan cierres o restricciones de horarios para las empresas productivas o de servicios’. El acento se deposita entonces en regular los aforos pero, ojo, No-Existe-Una-Sola-Referencia al sobrecupo en el transporte público urbano concesionado a particulares.

En esa lógica es permisible inferir que la secretaría a cargo del médico Daniel Díaz dispone de los estudios que prueban que en ‘las orugas’ de León, por ejemplo, a pesar de la sana distancia imposible; el uso de cubrebocas no obligatorio; la ausencia de gel antibacterial en los paraderos -de la unidades ni hablar-; la tolerancia a cantantes y pedigueños a voz en cuello y las ventanas cerradas… no implican riesgo de contagio alguno. Qué bueno.

Las actividades económicas se restringen del 75 al 50 por ciento en capacidad instalada y aforo.

Total, ya son clientes: casinos, bares y cantinas se van del 50 al 20 por ciento -al menos tiene su asiento seguro quien prefiere ‘la mesa del rincón’-; los espacios de culto del 75 al 30 por ciento ‘solicitando a la población y autoridad eclesiástica no realizar peregrinaciones o actividades masivas’ -claro que Monseñor Alfonso Cortés, Arzobispo de la Arquidiócesis de León remitió a sus párrocos la circular respectiva -que será ignorada como cada tanto–; las estéticas sólo con cita; los gimnasios, clubes, spa, centros deportivos y piscinas bajan del 75 al 50 por ciento y así…

La Profeco anuncia mil funcionarios que deambularán ‘a las vivas’ en los perímetros de las zonas comerciales de todo México.

En la plataforma ‘IMSS Nueva Normalidad’, más de 125 mil empresas registradas han hecho una autoevaluación de sus protocolos. La idea es asegurar mecanismos para reducir el número de infecciones entre los trabajadores, el público y los proveedores de las tiendas.

Llaman a que las compras se hagan en línea, a distancia y por internet. O bien, que las compras presenciales sean individuales, sin llevar a los niños.

Privilegiar el pago con tarjetas de crédito, para evitar contactos y circulación de dinero en efectivo. Se establecieron horarios específicos para los adultos mayores. Verificación de la sana distancia, sobre todo en las filas de espera en los accesos y en las cajas de pago. Se promueve una caja exclusiva para el pago en efectivo y el resto para el pago con tarjeta.

Los clientes de las tiendas han de usar cubrebocas, frecuentar el lavado de manos y la toma de temperatura. Invitarán a las personas con síntomas visibles a no ingresar a las tiendas. Lo mismo a los trabajadores. Barreras físicas de acrílico en las cajas para evitar el contacto. Equipos de protección para los trabajadores, particularmente caretas y cubrebocas.

Supervisión del uso correcto de estos equipos y del respeto a la señalética en los flujos de entrada y salida, tanto del personal como de los clientes…

Ah, y los aforos máximos permitidos en los centros comerciales y en las tiendas, serán del 30 por ciento con el semáforo en naranja y del 50 por ciento en la luz amarilla.

¿Fácil, no?

(A) LA JAULA

Fea ‘desconocida’ la que Coparmex México dio al estado de Guanajuato. Su encuesta nacional establece que es uno de los tres peores estados para invertir. Desconfían del rumbo de su economía. La inscriben entre las que pagan los salarios más bajos. Ups.

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