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La ciudad enmascarada

Detrás de la máscara, León cumple 446 años, exhausto de sus políticos…

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Por Francisco Javier Mares

A la última llamada a misa de las nueve, comienzan a retirar sillas -quedarían unas cien, que ni así se ocupan todas-.

León, en su cumple 446, luce cansado, los años pesan, los últimos 30, mucho.

Han lavado los escalones al pie del mural que recuerda al vecindario pionero, al costado de la parroquia Del Sagrario que honra a San Sebastián El Santo Patrono, en la Plaza de los Fundadores, y desalojado a sus habituales, indigentes, mendigos, oferentes de la pomada ‘mariguanol’, junto al puesto revistas. Luis Ernesto Ayala, el jefe del Congreso local, puntual siempre, aguarda con la paciencia de Job. ‘A mordidas de cucaracha’, diría don Luis Manuel Aranda, persigue hasta el último rincón la candidatura de su partido a gobernador. Es el primero de los políticos que aparece, luego, una cascada más bien rala. Alejandra Gutiérrez, la alcaldesa, reparte andanadas de saludos de puño. A los músicos de la banda policial, uno a uno, lo mismo a cada silla al paso. En uno de los subgrupos, Jorge Espadas -una ‘boleadita’, diputado-, la recibe efusivamente. Ella va y viene. Ya son las 9:30, cuando llega Diego Rodríguez, el gobernador. Con la alineación completa, se desgrana el ritual anual, el mismo con caras reiteradas. Honores a la bandera.

El manual instruye lista de presentes a los fundadores. El maestro de ceremonias, voz en off, olvidó compartir las formas, así que solo él responde: ¡Presente!, a cada nombre y apelativo. Guardia de honor y ofrenda floral, con los ilustres en la foto. Listo. Un ‘videíto’ que comienza prometedor con la recopilación de próceres y tragedias -León se funda el 20 de enero de 1576 como Villa, al no llegar los primeros vecinos a cien, pero sí más de cincuenta; le marcan las inundaciones de 1888, que dejó 242 muertos, mil 400 desaparecidos y más de 5 mil familias en la miseria, y de 1926 con menos víctimas mortales en el impacto inicial de la tragedia, pero sí una epidemia de tifo provocada por el agua anegada…-, pronto deriva en los afantes propagandísticos consuetudinarios de las siete delegaciones que inauguran funciones. Bajo la carpa cómoda que previene de los rayos del sol invernal -como harían los cristales polarizados que anhelan los diputados en los ventanales del Congreso-, los invitados se hunden en las pantallas de sus Iphones…

El cronista de la ciudad, Luis Alegre Vega, intenta una nota de frescura -“El otro hilo conductor de la historia de León es la generosidad (…) La escriben los panaderos que sacaron hoy su primera hornada  para mandarla al asilo con sus atentos saludos (…) Esa generosidad se reafirma en el ánimo con que recibimos a quienes van llegando haciéndolos sentir pronto en casa, su nueva casa, nuestra casa (…) Por eso ¡Feliz cumpleaños León!”-, que sucumbe bajo esa mole que es la monotonía. El secretario del ayuntamiento, me dicen que es quien da lectura al acta de fundación. Otro ‘videíto’. Loas al espejismo del desarrollo. Más propaganda de la administración municipal. León tiene una ‘Agenda 450’, oiga usted…

Alejandra Gutiérrez no va al podio. La escena le sienta bien. Viste de negro, en falda y botines. Ahora sí, lleva crubebocas. Es de color azul mezclilla, con el feo logo de su administración impreso. Enjundiosa, se involucra en una larguísima disertación sobre nada. ‘Rumbo’, ‘objetivo’, ‘ponerse las pilas’, ‘futuro’, ‘construir’, ‘participación’, dan vuelta como en la cinta decolorada del casete en desuso. El ‘Consejo rector’, aportará una sola visión de ciudad. En su turno, el gobernador Diego Rodríguez, sin mucho entusiasmo, llama al trabajo conjunto.

LA REALIDAD ESTÁ ALLÁ AFUERA

Alejandra Gutiérrez y Diego Rodríguez, han reaparecido luego de su pausa por covid. Nadan a río revuelto, sin ganancia como pescadores.

Alejandra Gutiérrez no encuentra la cuadratura al 2022. Al traspié, grave, de enclaustrar en el Teatro Doblado a más de mil rehenes a los que expuso, sin cubrebocas y enferma de ‘Covid-19’, su plan de gobierno, siguió su declaración desaseada, que no sorprendente, tras la presentación caótica del guanajua Santa Fe Klan. ‘Nadie hubiera imaginado’ que llegaría tanta gente, dijo. Exhibiría así, entonces, la ignorancia supina del patronato que lleva a Juan Carlos Muñoz Márquez a la cabeza, y a quienes sean los contratantes directos, de los alcances de la convocatoria del rapero; sus limitaciones para operar una contingencia -había filas diez horas antes de la fijada para el inicio del concierto-, y hasta su incompetencia para explicar lo que ahí sucedió. Las pantallas nacionales se regodean en las imágenes, y  las redes sociales se mofan de la contradicción entre el discurso panista tradicional y la bolsita con mariguana que el estelar del serial de los cantares en la velaria de la feria obsequió, como ‘bolo’ tras el bautismo, a sus seguidores. Alejandra Gutiérrez mira hacia otro lado, la ciudad, no.

Diego Rodríguez regresa sin una justificación convincente a la convocatoria a multitudes, en un mar de contagios embravecido. Fuera del discurso, en entrevista, concede que en los próximos días ‘es muy probable’ que el color de ‘semáforo de la reactivación económica’, vaya de nuevo del verde al amarillo -cualquier cosa que ello signifique respecto a la fiesta de marras-. ‘Aunque no se presentan el mismo número de defunciones de covid que el año pasado, el aumento en el número de contagios sí ha sido muy rápido y derivado de esta situación de salud, se hará el cambio de semáforo’, adelanta. Pues sí. Respecto a la feria y sus conciertos -“Sí tienen que continuar. Evidentemente hay mucho que aprender y mucho que corregir…”-, ahora con boletos ‘gratuitos’ a entregar a los poseedores de las tarjetas ‘Impulso’, mercado cautivo del gobierno del estado -quien suponga que ello es ‘clientelar’, acierta-, el gobernador acota sin titubeos, “Siempre se va señalar, pero se tiene que buscar una manera de tener un control y las tarjetas ‘Impulso’ son para toda la población que tiene alguna necesidad económica, yo creo que se justifica muy bien porque es para la más vulnerable”. De acortar la duración de la romería, todavía nada. De cancelarla, ni hablar.

Son ojos bien cerrados a la realidad. Las cosas en León, empeoran. La calificativa que le otorgó el Coneval, de ‘la ciudad con más pobres en el país’, pesa como loza a una comunidad que gusta presentarse como ‘industrial y de servicios’. Gobiernos en la tarea de procurar el bien común. El Poliforum, un centro de exposiciones y convenciones descomunal, atisba aterrado su eventual futuro de mausoleo. La pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, con su variante Ómicron acicateada por la feria, vulnera, a contrapelo de lo prometido, la estabilidad económica de la ciudad. Le ha costado al estado más de 14 mil vidas y carga con más de 14 mil contagios acumulados. A León, más de 4 mil 500 defunciones y más de 75 mil 500 casos de contagio. La violencia criminal pasea impune. Guanajuato encabeza los estados que concentran el 50.1 por ciento de los delitos dolosos, le siguen: el Estado de México, Baja California, Chihuahua y Jalisco. León se sostiene entre los municipios que encabezan el ‘Top 5’ de los homicidios dolosos.

El ceremonial no les lleva una hora siquiera. Cierra con una postal de la presidenta municipal y su cabildo, con el ciclorama de la efeméride como fondo, y un par de fotografías espontáneas, ajena una de la otra, del gobernador Diego Rodríguez y de Luis Ernesto Ayala, con fans peticionarios. Es todo. Los convocados que llegaron, marchan cada cual a continuar a su manera la fiesta de aniversario. Hay toros. El gobernador desaparece pronto, Luis Ernesto Ayala se encamina seguido de ujieres y guardaespaldas al Hotel León, a tejer un par de chambritas de grilla futurista.

Detrás de la máscara, León cumple 446 años, exhausto de sus políticos…

(A) LA JAULA

Toda una fiesta.

En México se cometieron 33 mil 308 homicidios dolosos en 2021, una cifra 3.6 por ciento inferior a la de los asesinatos registrados en 2020, según cifras oficiales divulgadas este jueves en ‘la mañanera’ de Amlo. Pero… pues sí, Guanajuato encabeza el listado, seguido del Estado de México, Baja California, Chihuahua y Jalisco. Esta violencia inició en 2006, con el gobierno del presidente Felipe Calderón y su ‘guerra’ contra el narcotráfico. Desde entonces, el país cuenta más de 300 mil asesinatos, atribuidos a los cárteles del narcotráfico, contrabando de armas, secuestro, extorsión, tráfico de migrantes y el robo de combustible. De esto hablan los mexicanos, tras las bambalinas de la feria estatal de León 2022…

Correspondencia: tigresdepapel001@gmail.com

Twitter: TigresDePapel

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