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Teresita y Francisco

Los funcionarios públicos Teresita del Carmen Gallardo Arroyo, directora de Desarrollo Urbano, y Francisco Arenas Hernández, director de Fiscalización en León, son todo un problema para muchísima gente que no vive del gobierno

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Por Francisco Javier Mares

Los funcionarios públicos Teresita del Carmen Gallardo Arroyo, directora de Desarrollo Urbano, y Francisco Arenas Hernández, director de Fiscalización en León, son todo un problema para muchísima gente que no vive del gobierno.

Teresita es una herencia del gobierno de la priista Bárbara Botello; Francisco ha estado ahí desde el principio de los tiempos.

Ella ha defendido -en el 2016- iniciativas como la de incorporar publicidad en las placas de la nomenclatura de la ciudad -imagine: Calle Hidalgo, visite ‘el Jardín de la paella’; Avenida Juárez, conozca el ‘Museo de Arte Sacro’; o calle Emiliano Zapata, compre en el ‘Fraccionamiento El Molino’.

Él -repetidor de 1995 a 2009 con los alcaldes Luis Quirós, Jorge Carlos Obregón, Luis Ernesto Ayala, Ricardo Alaniz y Vicente Guerrero; alguna vez regidor; peón en el interinato de Carlos Medina como gobernador -rescatado ya de un veto partidario ingrato-, todo filias y fobias, es parte, juez y verdugo al decidir a quién se otorga justicia y gracia, y a quién se aplica la ley a secas.

Ambos son hoy, oootra vez, azote implacable de propietarios y directivos de los bares del Centro Histórico de León, en el ánimo de ‘tapar el pozo después del niño ahogado’. Mera simulación.

En diciembre del año pasado, un joven murió a las puertas del ‘Bar Chabola’, presuntamente navajeado por un guardia y acomodador de autos; este mes, otro falleció en una ‘riña entre amigos’ al interior del ‘Bar Lotus’.

Así que desde la administración de Héctor Germán René López Santillana, sueltan a Teresita y Francisco para que parezca que su gobierno hace algo…

Bueno, en realidad lo hacen:

Teresita envía a sus inspectores cada fin de semana a caminar las aceras en las que se apostan con actitud de perdonavidas, y en los días recientes ha ordenado el cierre de una media docena de bares: ‘Nona Lola’, ‘Aldama’, ‘Bling’, ‘Lotus’ y ‘La Llamarada’ -que recién organizó un foro en el que se discutió la legalización de la mariguana- en la Madero, y ‘Casa Blanca’, en la calle Libertad.

Francisco es una auténtica pesadilla para propietarios, personal y clientes de esos establecimientos, y no por su rigor profesional sino por la discrecionalidad de risa loca con la que llena las actas de infracción. El imperio del contentillo.

Generalmente, el motivo de los cierres es el incumplimiento de la renovación de sus permisos ‘de Uso y Ocupación’. Desde 2017, se autorizó a la Dirección de Desarrollo Urbano -otrora ejemplo de administración pública, hace años que no- que la actualización -bueno, hay actas de nacimiento ‘recientes’- de ese papelito sea ¡Cada seis meses!, y no con validez permanente como antaño.

CAMBIAR PARA SEGUIR IGUAL

En el Centro Histórico de León despachan 125 negocios con giro de ‘restaurante bar’ o ‘cantina’ concentrados en la avenida Madero y adyacentes, de la Calzada de los Héroes a la Zona Peatonal. Únicamente 35 de ellos tienen el permiso permanente tramitado antes del ‘año de la prohibición». Las clausuras se ejecutan así tengan el trámite en curso.

Los restaurantes y bares del Centro Histórico, surgidos a partir de la edificación de la Plaza Expiatorio, la renovación de fachadas y fincas, y el impulso al sector servicios y al turismo de negocios en las administraciones de Vicente Guerrero, Ricardo Sheffield y Bárbara Botello, rescataron el cuadro pincipal de la ciudad de su agonía de importadoras, el comercio de bisutería y la oferta de ‘quecas’. Eso, hasta los funcionarios panistas lo entienden.

Aquella persecución a la comunidad LGBT -y a cualquier alusión sexual, que llegó al extremo de repintar un mural del artista plástico Antonio Ehrenzweig bajo el puente Insurgentes, porque aparecían ahí ¡espermatozoides!- que pervivió durante la administración de Luis Quirós, pareció resurgir en 2014 con la clausura del ‘G Bar’, un antro gay que durante años fue una opción segura y atractiva a una clientela numerosa.

Así, a oleadas, a conveniencia de la imagen de las sucesivas administraciones municipales -de un manejo harto rudimentario todas ellas-, los bares del Centro Histórico han sido sus rehenes. Si antes su cliente fue el ‘Chumani’, ahora lo es ‘La Llamarada’.

El pretexto, a la mano una y otra vez, es la falta de vigencia de los permisos… pero abundan los testimonios que desnudan que es la propia autoridad la que, mañosamente, retrasa la aprobación: tres meses en ventanilla… hasta que vencen y la clausura es al antojo oficial.

“Lamentablemente el tiempo y la confianza depositada en las autoridades y sus funcionarios nos han alcanzado y mantener el negocio cerrado más tiempo es insostenible, hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos, conseguimos todos los documentos que nos pidieron, firmamos todos los acuerdos pactados, asistimos puntuales a todas las citas, audiencias y reuniones, pero lo que durante tres meses nos dijeron que tenía solución y que era un trámite viento en popa, hoy nos cierran la puerta en nuestras narices sin decir por qué, más que un rotundo: no” -denunció el ‘Rock House’ en agosto de 2014-.

Así que Teresita y Francisco ni creativos son. Vencidos por cansancio, hasta que les es imposible pagar la renta de las fincas, los negocios han cerrado uno y otro y otro…

Las autoridades no son los únicos enemigos declarados. Ahí está la prensa conservadora bajo contratos publicitarios; al menos una de las juntas de cantineros; y hasta la delegación del INAH, que suele tirarse al piso en defensa de la conservación, pero nunca le mete un cinco a la restauración. 

Los restaurantes caros y elegantes nomás no llegan al Centro Histórico de León; los funcionarios de su gobierno manifiestan una fobia irracional por los jóvenes, y duran en sus puestos años y años, muchos más que los bares….

LA JAULA

En las redes, #Undiasinmujeres convoca a su paro nacional el 9 de marzo. “¿No nos cuidan? ¿No existimos? Miren cómo sería si no existiéramos más…, pasa la voz, únete. Si quemando y gritando no nos ven…¡Concedido! ¡No nos verán!” La expectativa es grande…

Correspondencia: tigresdepapel001@gmail.com

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