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Por Francisco Javier Mares

Allá en el inicio de los 90, Luis Donaldo Colosio Murrieta, entonces secretario federal de lo que se llamó ‘Desarrollo Urbano y Ecología’, Sedue, -antes del invento genial de Carlos Salinas de Gortari, la creación de la ‘Secretaría de Desarrollo Social’, Sedesol, fábrica de candidatos hasta en sus muy humildes réplicas estatales en todo el país, Guanajuato incluido, claro, y en su momento del propio malogrado aspirante presidencial-, llegó a León a anunciar la cesión federal al Municipio de los terrenos a espaldas de las instalaciones de la Feria.

Las tierras pertenecían al Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores, el Infonavit, que pretendía construir ahí condominios populares, cosa que no iba a permitir el vecindario de ‘La Martinica’ -seguro eran tiempos de visiones clasistas-. Contra los pronósticos, germinó la iniciativa del Patronato de la fiesta del pueblo y se perfiló el ‘Parque y Centro de Ciencias Explora’.

En el amanecer del siglo 21, en los dosmiles, con la presidencia de don Vicente Fox Quesada, se inauguró el ‘Poliforum Centro de Negocios’ -no, no cumple 40 años como necean sus administradores, que suponen pueden emparentar el cumple con el antecedente de un ‘Centro de Convenciones’ bastante aldeano, que es de lo que disponía León-.  El encuentro de los bulevares Francisco Villa y Adolfo López Mateos se convirtió, pues, en el crucero de más alta plusvalía en León. La olla repleta de oro al pie del arcoiris.

En bolita, el Poliforum, la Feria de León, el Parque Explora -la matriz de ‘Flexi’, pero eso no viene al caso-, el Fórum Cultural y el Estadio León ¡Ay, el estadio!, pero vamos con calma…

El Centro de Convenciones se hizo Poliforum con la visión de un par de gobiernos estatales y municipales y de la élite empresarial local que hay que reconocer en su empuje a una ciudad de servicios, rebasada la capacidad de oferta de empleos de la industria del calzado.

La Feria dejó atrás su cara popular de los jarritos con tequila -al final/ final con Alejandro Pohls en la presidencia del Patronato y Luis Alberto Ramos (qepd), en la gerencia; los ‘Tigres del Norte’ fueron enclaustrados en ‘el domo’, y la fiesta se convirtió en el súper tianguis que es ahora.

El Parque y Centro de Ciencias Explora ya dio lo que dio. Lo conocen los leoneses y los visitantes interesados parecen agotados.

El Fórum Cultural, antojable sin discusión, esquiva como puede las intrigas palaciegas que lo someten al mando de burócratas cazadores de nóminas, y alberga un ala de la Universidad de Guanajuato en apuros.

Y el Estadio León. La torpeza ¿Corrupción? de las sucesivas Administraciones panistas hizo perder la propiedad de un bien público con valor de 600 millones de pesos, en favor de particulares, Roberto Zermeño y testaferros. No, todavía nadie va a la cárcel por semejante maquinación.

La conjura, dicho sea de paso, oootra vez se llevó entre las extremidades inferiores al proyecto de ‘El Museo del Calzado’, el sueño -loable, ni qué decir-, del empresario Jesús Vázquez García –iniciativa con evidente ‘malaria’, a juzgar por su saga que incluye un ¡No! a apropiarse, con alevosía, de una fracción de la Unidad Deportiva Enrique Fernández Martínez-.

A un ladito del estadio hay un hotel y un casino y una plaza comercial espantosa, triunfo de nuestro bonito y proverbial tráfico de influencias -pero esa es otra historia, diría la nana.

Como quiera que sea, es hora de transformar -y sacar provecho, qué creían-, a ese pozo de los deseos no reprimidos.

HACIENDO, QUE ES GERUNDIO

En la inauguración de la edición Año 2020 de la Feria Estatal de León, el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, puso a volar sobre el polígono de marras la imaginación -me confía un compañero reportero que siempre lo hace, que ya ‘ni es nota’, pero es de lo más interesante.

Anunció, vamos, más de 500 millones de pesos ‘para nueva infraestructura de este Polígono Ferial’, según consigna el boletín oficial. Que ‘las obras’ estarían listas para la ‘Feria de Hannover Messe’, en octubre del año en curso.

¿Cuáles obras? De inicio una oferta restaurantera ‘de nivel’. Pero son 90 millones a invertir en la transformación del Parque Explora; 200 millones para ampliar el Poliforum hasta hacerlo el recinto más grande de México -otra vez lo ‘grandioso’ y lo ‘grandote’, en  cita involuntaria a Ibargüengoitia-, y 235 millones de pesos para la ‘Plaza Norte’.

Está en los planos urgentes la construcción del nuevo estacionamiento en un área de 9 mil 741 m². Un edificio que en el sótano albergará 297 cajones. El primer nivel del edificio sería el de restaurantes en los que ya saborea el gobernador Diego Sinhue.

Emocionado, el gobernador habla de un gran espacio sin barreras -físicas, se entiende-, que animen a una actividad cotidiana y eviten a los visitantes -congresistas, suponemos-, desplazamientos evitables para hospedarse o comer. Lo otro…, es pasar del papel o las pantallas a la realidad -¿No íbamos a construir otro estadio?-.

Nadie en sus cabales -y ajeno a las nóminas oficiales-, imagina un tránsito apacible en su sexenio. El comienzo errático en su relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador no trae buenos augurios. El discurso del recorte a las participaciones federales no da para más. En el patio doméstico inventa impuestos. Aprieta la correa a los poderes Legislativo y Judicial. Las elecciones intermedias se vienen encima. En la ‘lógica’ del ideario de las derechas -de alguna manera hay que referirse a lo que hacen-, Diego Sinhue necesita obras, obras, obras. A ver…

LA JAULA

La semana que inicia será divertida. Estamos de feria en León. Comienza el cobro abusivo del combo maravilla de 70 pesos. La pregunta, es: ¿El señor procurador de la defensa de los consumidores, Francisco Ricardo Sheffield Padilla, se hará chiquito? Qué emoción.

Correspondencia: tigresdepapel001@gmail.com

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